El presidente Correa soltó las amarrras mandó al diablo la discreción y se lanzó contra nuestra ciudad, solo que esta vez arrenetió hablando del recurso fundamental para la vida humana, que es el agua.
La obseción delirante sobre Guayaquil arrastra al Presidente a un peligroso despeñadero, dice Correa que el agua que utilizamos nosotros en Guayaquil le pertenece a CEDEGÉ, y por tanto la empresa municipal de agua potable tiene que pagarla, es insólito , nos separan del resto del Ecuador como si la ciudad fuera de otro país.
CEDEGÉ es la Corporación Estatal para el Estudio de la Cuenca del río Guayas, asi rezan sus siglas de identificación, pero como depende del gobierno central quiere cobrarnos el agua que fluye de nuestros ríos.
Hay una sentencia judicial que determinó en su fallo que la empresa municipal de agua potable de Guayaquil no tenía por que pagar el agua a CEDEGÉ, declarando sin valor el convenio que se firmó en ese sentido.
El Pesidente quiere rendirnos a cualquier precio, aunque esto signifique que nos quedemos, sin el vital elemento.
¿Hasta donde tanto odio?
La obseción delirante sobre Guayaquil arrastra al Presidente a un peligroso despeñadero, dice Correa que el agua que utilizamos nosotros en Guayaquil le pertenece a CEDEGÉ, y por tanto la empresa municipal de agua potable tiene que pagarla, es insólito , nos separan del resto del Ecuador como si la ciudad fuera de otro país.
CEDEGÉ es la Corporación Estatal para el Estudio de la Cuenca del río Guayas, asi rezan sus siglas de identificación, pero como depende del gobierno central quiere cobrarnos el agua que fluye de nuestros ríos.
Hay una sentencia judicial que determinó en su fallo que la empresa municipal de agua potable de Guayaquil no tenía por que pagar el agua a CEDEGÉ, declarando sin valor el convenio que se firmó en ese sentido.
El Pesidente quiere rendirnos a cualquier precio, aunque esto signifique que nos quedemos, sin el vital elemento.
¿Hasta donde tanto odio?
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