martes, 10 de marzo de 2009

CUIDADO CON LO QUE DICE SR. PRESIDENTE

Reproducido de un mail que recibi y leyendo su contenido creo que vale la pena ponerlo en mi blog.

CORREISTA ARREPENTIDA, OJALA TODOS LOS ARREPENTIDOS TENGAN LA VALENTIA DE RECONOCERLO!

Guayaquil, 2 de febrero de 2009

Señor

Eco. Rafael Correa Delgado

Presidente de la República

Ciudad.-

De mis consideraciones.

Lo que a continuación trataré no es un asunto político. Esto, es personal.

Yo soy María Fernanda Salcedo, la esposa de Carlos Alvarado Espinel, el hombre bueno, apasionado y, que hasta hace poco lo consideraba a usted su amigo.

Le quiero recordar que ese hombre al que usted ha maltratado y vejado públicamente, es el esposo y padre de 2 niños, Mariadelmar y Carlitos Alfredo de 10 y 6 años respectivamente, a los que tenemos que explicarles de la manera más cuidadosa posible lo que está sucediendo. Y también dueño de un nombre y una reputación como empresario serio, ganada con el transcurso de los años, a la que tiene que cuidar, porque es su patrimonio más valioso.

Es verdad que Carlos se exasperó y emitió palabras indebidas en el lugar y momento indebido, pero usted, más que nadie que posee información "privilegiada" de lo que sucede en el país entero y más que nada en su partido, conoce la verdad, de las irregularidades, manipulación y caos vivido en la sala del tribunal electoral del Guayas, y si no, yo con gusto le presto la grabación completa e inédita de los hechos de esa madrugada, hechos tergiversados malignamente por la prensa y que usted cómodamente aprovechó para castigar a alguien expuesto, en lugar de acabar con el verdadero problema del halo oscuro que cubre a su gobierno.

Para su conocimiento, esa madrugada a vista y oídos de todos los presentes el Sr. Javier Veintimilla, con la venia de la Sra. María Teresa Mendoza, señalando con su dedo se dirigió al hermano de Carlos y con palabras soeces le dijo a la policía que lo saque del salón de la "Democracia" por hacer barras, acción que catapultó la reacción del policía que "haciendo su deber", le pegó no una, sino varias veces a Julio Alvarado Espinel con su arma, empujándolo hasta hacerlo caer, y no fue a la única persona a la cual golpearon. Resulta Sr. Presidente que mi amado esposo es humano, y su reacción natural fue la defensa de su hermano, yo asumo que usted es tan magnánimo que si se encontrara en esa misma situación, daría un paso atrás y bajaría la cabeza.

Siga Sr. Presidente, siga ofendiendo e insultando a mi esposo pública e injustamente, siga acrecentando este resentimiento y rencor profundo que solo una mujer, esposa y madre es capaz de sentir, cuando su familia es maltratada de esa manera.

Comprendo que a usted mis palabras no le importan en lo más mínimo, asumo también que los pocos votos que representamos, mi familia, mis amigos, y nuestro entorno a usted no le hacen falta, porque ya tiene muchos, pero quiero decirle, que ya no cuenta con ellos, y aunque tampoco le interese, quiero informarle que toda la admiración y respeto que alguna vez sentí por usted murió en el mismo instante en que nos irrespetó. Ahora me da vergüenza todas las veces que justifiqué y defendí su posición tomando partido ante diversas decisiones y actitudes suyas.

Quiero que sepa también que esta carta la haré pública a todas aquellas mujeres y hombres que quieran escucharme, porque si la justicia existe, las cosas caerán por su propio peso y tarde o temprano la verdad brillará.

Se despide de usted con mucho respeto la familia "infantil, inmadura, absurda, primitiva. y arribista" de Carlos Alvarado Espinel.

Atentamente

María Fernanda Salcedo

Mariadelmar y

Carlitos Alfredo Alvarado Salcedo

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