viernes, 20 de marzo de 2009

PROVOCACIONES

El presidente Rafael Correa es nativo de Guayaquil, eso no lo obliga a quererla o a preferirla, no se concibe que un gobernante privilegie a una ciudad o a una comarca por haber nacido en ella, es muy aldeano gobernar bajo esos parámetros.

Más, en este caso hay una actitud incomprensible de parte del Jefe de Estado con Guayaquil.

Pongamos ejemplos para ilustrar esta conducta, suprimio la Subsecretaría de Pesca y la trasladó a Manta, prohibio al Municipio que done libros a los niños pobres de las escuelas públicas y repare los ruinosos establecimientos escolares, perjudicando a la niñez porteña, suprimió la autonomía de la Comisión de Transito, antigua conquista autonomista guayaquileña, intentan apropiarse del servicio de auxilio inmediato de propiedad municipal para centralizarlo.

Amenaza con arrebatar el aeropuerto, rescatado por la Municipalidad y trasformado en el mejor de América Latina, para devolverlo a manos de quienes lo tenían convertido en una pocilga, armó una polémica sobre el tránsito y el paso de los buses de transporte interprovincial por el puente Rafael Mendoza.

Ahora brinda protección policial a una carpa instalada por Alianza Pais, inicialmente al pie de la gobernación y ahora trasladada al portal del Municipio, en actitud de provocación abierta, para que en ella protenten cuatro ex policías municipales separados de la institución.

Esta acción es condenable y refleja la búsqueda de un enfrentamiento físico, echan mano a cualquier recurso para obstruir y dificultar el funcionamiento normal de Guayaquil, esto paradojicamente, aunmenta el rechazo ciudadano al régimen.

No entendemos porque el señor Presidente tiene ese comportamiento con la ciudad donde nació, los motivos del rencor presidencial son un misterioso secreto.

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